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dissabte, 24 d’agost del 2013

Valle del Jordán: tierra que se ahoga, tierra que resiste

Valle del Jordán, tierra árida de montañas y desierto, dátiles y beduinos. Pero también tierra ocupada; ocupada por la sed, por asentamientos de colonos, por campos de práctica militar para el gobierno criminal de Israel. Valle del Jordán, tierra que se ahoga.

Un día, aquí hubo cultivo, hubo sombra, hubo agua; así vivieron, un día los beduinos palestinos; pero hoy todo ha cambiado y no de manera natural, ¡no! Las estrategias maquiavélicas e inhumanas de Israel en su afán por ocupar lo que no les corresponde, aquí también son latentes: se han apropiado del agua porque solo hay cultivos en los terrenos ocupados por colonos, mientras que lo poco que han  dejado a los palestinos es una tierra árida, que agoniza.

El pueblo beduino está siendo estrangulado, el plan es tan claro como duro: derrumbar sus humildes casas, controlar el agua (su curso y su precio), cambiar el paisaje y obligar así al exilio a las víctimas de semejante atrocidad, los palestinos.

Hoy, estamos en Wasta, un pueblecito palestino víctima de la ocupación del Valle del Jordán. Barro, piedras, paja, escasa agua y mucha voluntad, son las herramientas que estamos utilizando para reconstruir una de las casas del pueblo; pero no voy a detenerme en esto, prefiero dejarlo como anécdota; que el mérito sea de quienes aquí viven cada día, por ejemplo los niños y niñas que castigados –por el ocupante- a beber agua no potable filtran con sus propias camisetas para paliar la sed; o de las familias que tienen que pagar 215 shekels (40 euros aproximadamente) por 3 metros cúbicos de agua, mientras que una vez más, el ocupante, lo recibe gratis.

Pese a todo, los niños y niñas de Wasta, así como Rachid, Nebene, y tantos otros, nos han mostrado que aquí la resistencia no se ahoga. Esta agua, esta tierra, esta causa les pertenece.
Valle del Jordán: tierra que se ahoga, tierra que resiste.

Fabs

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